El jueves día 1 de Noviembre, mi breton "kun" me sacó una piara de jabalís.

Estaba entretenido mirando el cielo, viendo pasar algunos zorzalillos tentadores, cuando de repente escuché a mi perro ladrar cerca de mi. Pensé "alguna liebre le ha corrido" pero... el ruido de monte que se formó no dejó lugar a dudas, raccioné enseguida, ya que sabía perfectamente lo que pasaba.

Informé a mis compañeros al grito de " jabaliiisssss" y corriendo hacia mi perro y atento a todo iba cambiando a balas, con el consecuente problema de perder los cartuchos que iba sacando.

Mientras buscaba a mi perro pude ver cómo dos jabalis medianos trotaban por la derecha bastante lejos de mí, pero confié en mi perro al cual cada vez me acercaba más. De repente apareció de frente una cochina muy grande, haciéndome pensar en un principio que era un macho, aquella iba intentando burlar a mi perro pero de un tiro certero la vi caer, no obstante fui a rematarla disparando otra vez para que no lastimara al perro, sin embargo, antes de que yo pudiera llegar donde se encontraba, todavía tuvo fuerzas suficientes para darle una hozada al perro pruduciendole una pequeña herida sin consecuencias.